La palabra de Dios en este domingo 21 del Tiempo Ordinario nos muestra la libertad que Dios nos ha dado en su infinita misericordia. Esta libertad nos permite decidir a quién serviremos. Al darnos cuenta de que la verdadera vida está en Dios, decidiremos servirle a Él, pero no nosotros solos, sino también nuestra familia, para que juntos podamos gustar y ver qué bueno es el Señor.
Después de compartir el pasado fin de semana con ustedes, he podido ver que la familia de fe de San Martín también le sirve al Señor con alegría y entusiasmo. Esta gran comunidad me recuerda mi pequeña comunidad en la que crecí en la fe. Crecí en la Capilla San Francisco de Asís de la Parroquia San Joaquín y Santa Ana del pueblo de Adjuntas, al centro de Puerto Rico, en la montaña. Allí, junto a mi familia, serví al Señor en los lectores, ministros de la Comunión, las Hijas de María, el grupo de jóvenes, y participando en obras de teatro en cada Navidad, Cuaresma y ocasión especial. Esta comunidad, como la de San Martín, es una familia.
Al concluir mis estudios universitarios en Estudios Hispánicos, entré a la Congregación de las Hermanas Dominicas de Fátima en 2011 para dar mi vida a Dios en favor de las familias, y así continuar la misión confiada a nuestra fundadora Madre Dominga de “Llevar a Cristo a la familia y la familia a Cristo”. Junto a las hermanas he colaborado en la misión en Puerto Rico, República Dominicana y Estados Unidos apoyando los grupos juveniles, formación en la fe, enfermos, ministerio de familia y acompañamiento. También tuve la bendición de adquirir un grado universitario en Liderazgo aplicado en Boston College, gracias a Catholic Extension.
Estos últimos cuatro años estuve colaborando en un instituto en Puerto Rico dedicado al trabajo religioso-social apoyando en la salud mental, educación vocacional y acompañamiento a las familias. Especialmente trabajé con víctimas de la violencia doméstica y la prevención del maltrato y abuso infantil. En este instituto las hermanas buscamos llevar el amor de Dios allí donde hay más dolor.
Hoy Dios nos hace un llamado a decidir a quién queremos servir. Tomemos la decisión de servirle a Él, con quien tendremos la verdadera vida. Gracias por su acogida, por cada saludo, sonrisa y palabra amiga. Espero que podamos caminar juntos como familia parroquial para servir generosamente a Dios.
Quelques mots en français : Aujourd’hui, Dieu nous invite à décider qui nous voulons servir. Disons comme Josué, ma famille et moi servirons le Seigneur. Merci pour votre joyeux accueil. Continuons de célébrer notre foi en louant Dieu qui vit en nous.
Dios los bendiga, God bless you, Dieu vous bénisse tous,
Sor M Yelitza
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