Queridos feligreses de San Martín,
¡Feliz Adviento! Encuentro que el cambio repentino de los tiempos litúrgicos proporciona una agradable sacudida al alma. Somos criaturas de hábitos, y sabemos con qué facilidad las rutinas pueden convertirse en rutinas espirituales, donde nos sentimos como si estuviéramos dando vueltas. El Adviento inicia un nuevo año litúrgico y promete también un nuevo encuentro con nuestro Señor encarnado.
Adviento significa "llegada" o "aparición", y en esta temporada reflexionamos sobre la primera venida de Cristo con humildad y su futura segunda venida en gloria. Cristo viene hacia nosotros: mire la postura de Cristo en la imagen de la Divina Misericordia que se encuentra sobre la puerta del confesionario en el lado de San José de la iglesia. Se acerca a nosotros, no de manera amenazante, sino con su mano levantada en señal de bendición.
Sabemos que Cristo se acerca a nosotros, pero ¿qué hay de nosotros? ¿Cuál es nuestra postura hacia él? La oración inicial de la Misa del 1er Domingo de Adviento nos da una respuesta: "Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas obras, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el reino celestial.". ¡Oramos por la determinación de correr hacia Cristo! Lejos de sentarnos y esperar a Cristo, debemos movernos ansiosamente hacia él. Estamos avanzando hacia él si estamos profundizando activamente nuestra vida espiritual, preparándonos bien para la Misa dominical, confesando nuestros pecados regularmente y tratando de obedecer sus mandamientos. Animo a todos nosotros a usar esta temporada de Adviento para que nuestro espíritu y nuestras almas se preparen para correr hacia Cristo cuando venga.
En Cristo,
P. Dave
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