Queridos feligreses de San Martín:
El cuarto domingo de Cuaresma se conoce como Domingo Laetare, palabra que proviene del latín que significa "alegrarse". La antífona de entrada de la Misa es: "Alégrate, Jerusalén, y todos los que la aman./ Alégrense todos los que estaban de luto; exulten y satisfaganse en su pecho consolador/ Alégrense todos los que estaban de luto;/ exulten y sacídense en su pecho consolador". La Iglesia desea que nos alegremos todos los domingos, pero de manera especial este domingo. El significado espiritual de Jerusalén es la Iglesia. Por lo tanto, se exhorta a toda la Iglesia y a todos los que la amamos, como Esposa de Cristo, a alegrarnos en la obra de Dios. Estábamos de luto porque el pecado nos separó trágicamente de nuestra vida y de nuestro amor. Pero ahora nos exultamos porque en el seno de la Iglesia, es decir, a través de su vida sacramental, nos alimentamos de la vida eterna. Es del pecho de Cristo, traspasado por una lanza en la crucifixión, que recibimos su vida divina a través del baño de renovación y del banquete eucarístico.
Deseo expresar mi más sincero agradecimiento a todos los que participaron en nuestra Misión Parroquial de Cuaresma. Quiero agradecer especialmente a todos los que ofrecieron su tiempo para organizarlo y ejecutarlo: nuestros voluntarios de cuidado de niños, voluntarios para los adolescentes, los que proveyeron la comida, ministros litúrgicos, cantores y presentadores. Fue un tiempo lleno de gracia y esperanza para que nuestra parroquia avanzara en el camino real de la cruz, que conduce a la vida eterna.
En Cristo, nuestra Esperanza,
P. Dave
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