Queridos feligreses de San Martín:
La semana pasada me sentí golpeado por la burla de la Última Cena realizada en las ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París. El hecho de que se exhibiera esa escena blasfema ante el mundo entero la hizo aún más grotesca. Esto ocurrió después de uno de los eventos católicos estadounidense más hermosos de los últimos tiempos, el Congreso Eucarístico en Indianápolis, Indiana. Allí, 55.000 católicos adoraron al Santísimo Sacramento y adoraron jubilosamente al Señor Jesús, que se nos entrega de la manera más humilde imaginable.
El director de la ceremonia inaugural defendió su trabajo diciendo: “En Francia tenemos libertad de creación, libertad artística. En Francia tenemos la suerte de vivir en un país libre”. Uno de los documentos importantes del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, afirma: “Sólo en libertad puede el hombre dirigirse hacia el bien. Nuestros contemporáneos dan mucha importancia a esta libertad y la persiguen con avidéz; y con razón, sin duda. A menudo, sin embargo, lo fomentan perversamente como una licencia para hacer lo que les plazca, incluso si es malo… Puesto que la libertad del hombre ha sido dañada por el pecado, sólo con la ayuda de la gracia de Dios puede hacer florecer tal relación con Dios”. De hecho, la libertad desvinculada de la ley y la gracia de Dios conduce a la destrucción del ser humano, pero la libertad encuentra su pleno significado y propósito sólo cuando está unida a la ley de Dios y es sanada por la gracia.
Únase a nosotros para la fiesta de despedida de Sor Mariana el sábado 10 de agosto a las 7:00 pm en el gimnasio de la escuela. Durante sus seis años en San Martín, la Hermana organizó muchas fiestas para nuestra parroquia. Ahora es nuestro turno de devolver el favor. Que el Señor la bendiga en su nueva asignación y que su alegría contagioso sea una bendición para aquellos a quienes sirve.
En Cristo,
P. David
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